- Los resultados identifican que la matriz energética esperada en el Sistema Interconectado Nacional, SIN, para 2027, cuenta con la suficiencia energética y complementariedad hídrica, térmica, eólica y solar requerida para abastecer la demanda en escenarios de hidrologías normales y críticos.
- El estudio identifica la red de transporte, red existente y puesta en operación de los proyectos en construcción, como un elemento clave para poder llevar las energías renovables desde los puntos de generación hacia los centros de consumo.
- El estudio señaló la importancia de avanzar en la modernización y fortalecimiento del sistema con herramientas de digitalización, automatización y nuevos esquemas de operación y mercado que permitan hacer frente a la variabilidad e incertidumbre introducida por las fuentes renovables no convencionales de energía, y lograr la estabilidad, confiabilidad y economía en escenarios de operación con altos volúmenes de integración de estas tecnologías de producción.
La transición energética justa es una realidad que se ha venido materializando en los últimos años y se comienza a ver reflejada en el cambio de la matriz de generación de energía eléctrica del país. Se proyecta, por ejemplo, que a 2027 el país logre una capacidad cercana a los 32 GW de las cuales más de 11 GW provendrán de Fuentes de Energía Renovable No Convencional (FERNC), siendo la región Caribe la que jugará un papel preponderante al aportar el 66% mediante fuentes solares y eólicas, convirtiéndose así en una zona con posibilidad de inyectar energía limpia al resto de Colombia y manteniendo un parque térmico que permite aportar al balance energético del país en escenarios de bajos niveles de aportes hídricos, solares y eólicos.
Lograr este cambio implica planeación en el corto, mediano y largo plazo para que las nuevas tecnologías contribuyan al fortalecimiento del sistema y garanticen la suficiencia energética en un país expuesto a fenómenos meteorológicos extremos (como el fenómeno del Niño y el Fenómeno de la Niña), manteniendo los niveles de calidad, seguridad y continuidad que ha alcanzado el SIN. Precisamente, a esta labor aporta XM como Operador del SIN mediante los estudios de flexibilidad que analizan la disponibilidad de recursos de energía y la confiabilidad del sistema para asegurar una integración segura y confiable de las fuentes renovables.
“A finales de 2022, XM entregó la cuarta versión del estudio de flexibilidad del SIN, el cual contó con más de 78,600 simulaciones que se construyeron a partir del análisis de distintos escenarios de aporte hidrológico en un horizonte de tiempo de 2024 a 2027 y agregando múltiples variables y supuestos como la incorporación de fuentes renovables eólica y solar de más 11 GW a 2027. Allí se evidencia que, de concretarse los planes de conexión de nuevas plantas de generación al sistema, entre los años 2024 y 2025 se producirá el periodo más importante de expansión de las FERNC y entre los años 2026 y 2027 se consolidará este nuevo escenario de operación para el país, con niveles de atención superiores al 97% de la demanda con fuentes renovables eólicas, solares e hidráulicas”, afirma Jaime Alejandro Zapata Uribe, Gerente del Centro Nacional de Despacho de XM.
En el estudio se incluyeron cuatro componentes: suficiencia energética, flexibilidad por potencia, capacidad de la red transporte y seguridad y confiabilidad en la operación del sistema; los cuales buscan evaluar de forma integral el futuro de la operación del SIN en un escenario de rápida incorporación de fuentes renovables no convencionales.
Los resultados identifican que la matriz energética esperada en el SIN para 2027, tendrá un cambio significativo que permite avanzar en la reducción de emisiones de CO2, así mismo, se evidencia que el país contará con la suficiencia energética requerida para abastecer la demanda en escenarios normales y críticos, evidenciando una complementariedad entre los recursos eólicos, solares, hidráulicos y térmicos, que permite sortear sin cortes de energía los periodos deficitarios en aportes hídricos o con bajos niveles de radiación solar y de viento.
En cuanto a la instalación de nuevas tecnologías en las diferentes regiones del país, se espera que la región Caribe sea la receptora del mayor volumen de fuentes renovables no convencionales, con aproximadamente el 66% de la capacidad esperada a 2027. Lo anterior, posiciona al norte del país en un importante foco de abastecimiento energético para Colombia y en este sentido, el estudio identifica la importancia de la puesta en servicio de los proyectos de transmisión que se encuentran en construcción y que permitirán fortalecer la red actual y viabilizar que las energías renovables no convencionales pueden fluir desde la región Caribe hacia los centros de consumo no solo hacia la misma región sino además hacia el centro y sur del país; por lo cual la ejecución en los plazos establecidos de las obras en curso, la definición de nuevos proyectos de transmisión y la incorporación de nuevas tecnologías como los compensadores síncronos o las baterías, son esenciales para garantizar un abastecimiento seguro y confiable de la demanda y maximizar la producción de las fuentes de generación renovable no convencional.
El estudio señaló, además, la importancia de avanzar en la modernización y fortalecimiento del sistema eléctrico con herramientas de digitalización, automatización y nuevos esquemas de operación y mercado que permitan hacer frente a la variabilidad e incertidumbre introducida por las fuentes renovables no convencionales de energía, y lograr la estabilidad, confiabilidad y economía en escenarios de operación con altos volúmenes de integración de estas tecnologías. Se plantea, también, como herramienta indispensable para lograr una operación flexible en el sistema, la necesidad de acercar la planificación al tiempo real y coordinar operativamente todos los recursos frente a los cambios que se puedan presentar en la demanda y la generación con la entrada masiva de generación renovable.
“Los resultados del estudio nos dan señales para lograr estabilidad y seguridad ante la incorporación de las fuentes de energía renovable no convencional manteniendo los niveles de confiabilidad y seguridad que se han alcanzado en Colombia. Lograr una matriz de generación limpia, segura, confiable y resiliente dependerá del fortalecimiento y la modernización integral del sistema, para asegurar que la transición energética en Colombia sea justa, segura, confiable y económica”, asegura Jaime Alejandro Zapata Uribe.
